COVID-19 y VIH: mirar hacia adelante
La COVID-19 y la atención del VIH en México: mirar al pasado con el ojo puesto en el futuro

Released: March 16, 2021

Expiration: March 15, 2022

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Pasó más de un año desde que aparecieron los primeros casos de COVID-19 en Wuhan, China, en diciembre de 2019. El primer caso que se informó en México fue el 27 de febrero de 2020. Desde mediados de febrero de 2021, ha habido más de 100 millones de casos confirmados en todo el mundo y se registraron más de 2 millones de muertes. México, que ha informado hasta el momento más de 2 millones de casos confirmados y más de 180,000 muertes, tiene una de las tasas más bajas de pruebas diarias, pero una de las tasas más altas de positividad.

Impacto mundial en la atención del VIH
Existe una gran preocupación sobre el impacto y las consecuencias a largo plazo de la pandemia de COVID-19 en las 40 millones de personas con VIH (Persons with HIV, PWH) en todo el mundo. Según una encuesta de la OMS de julio de 2020 en 144 países, 36 naciones informaron una alteración en los servicios de tratamiento antirretroviral (TAR), y otras 73 informaron un riesgo de interrupciones del servicio de TAR. Una década de avances en la reducción de la mortalidad asociada al VIH podría revertirse, como lo demuestra un reciente estudio de modelización en el que se estimó que una interrupción del TAR de 6 meses podría provocar más de 500,000 muertes más por enfermedades asociadas al SIDA.

Impacto en las PWH en México
En 2018, se estimó que había 230,000 PWH en México. La pandemia ha forzado la reasignación de recursos para luchar contra la COVID-19. Como resultado, los programas de profilaxis previa a la exposición (Pre-Exposure Prophylaxis, PrEP) no se han implementado según lo previsto, y las pruebas de VIH disminuyeron un 33 % en las mujeres embarazadas y un 59 % en la población general durante el segundo trimestre de 2020, en comparación con 2019. Esta reducción en las pruebas generará diagnósticos tardíos de VIH y una mayor cantidad de pacientes con enfermedad grave y SIDA.

Los pacientes también han tenido dificultades en lo que respecta a la adhesión y la accesibilidad al TAR, dado que las medidas de confinamiento hicieron que el acceso a la atención médica por motivos no relacionados con la COVID-19 sea limitado. Según la Secretaría de Salud, 5 de cada 10 PWH han informado haber tenido dificultades para obtener los medicamentos del TAR, y el porcentaje de PWH que recibieron TAR disminuyó un 2.42 % desde principios de 2020 hasta junio de 2020.

Los pacientes también han informado problemas de salud mental, como ansiedad, depresión y miedo. Finalmente, dado que muchos hospitales se asignaron para el tratamiento exclusivo de la COVID-19, los pacientes con enfermedades relacionadas con el SIDA a menudo no pueden ser hospitalizados, lo que podría tener un fuerte impacto en la mortalidad.

Soluciones en evolución
Se han tomado algunas medidas desde marzo de 2020 para intentar mitigar los efectos de la pandemia en la atención del VIH. Algunas de estas son suministrar a los pacientes suficiente TAR para 4 a 6 meses de tratamiento y priorizar la admisión y readmisión de las PWH que requieran atención cuando haya espacio disponible para la hospitalización. La telemedicina y la consulta virtual se han convertido en una práctica habitual. Sin embargo, la telemedicina no está muy extendida, ya que es difícil de implementar en entornos con pocos recursos. Una serie de organizaciones nacionales e internacionales han dado algunas recomendaciones para reducir el impacto de la COVID-19 en la continuidad de la atención del VIH. Algunas son las precauciones de contacto para evitar que las PWH, especialmente las personas con enfermedad no controlada, se infecten con COVID-19, la continuación del TAR, la evitación de cambios en el régimen de TAR y el inicio inmediato del tratamiento. En conjunto con el Gobierno, se deberá hacer todo lo posible para asegurar la implementación de dichas recomendaciones.

Mirar hacia adelante
Ahora es mayor la evidencia de resultados clínicos desfavorables de la COVID-19 en las PWH. Sin embargo, no se ha dado prioridad a la vacunación de las PWH y se sigue esperando a que se vacune a los trabajadores del cuidado de la salud y a las personas mayores. Se estima que, en México, las PWH no serán elegibles para la vacuna contra la COVID-19 hasta mayo de 2021.

Aún se desconoce el impacto general de las medidas de precaución para mitigar la propagación de COVID-19 en la salud de las PWH. Sin embargo, será importante establecer intervenciones y políticas de salud pública que ayuden a revertir los daños causados y evitar que situaciones similares en el futuro afecten profundamente a los más vulnerables y a las personas que necesitan atención médica continua.

Se trata de una oportunidad para que los profesionales del cuidado de la salud conciban y apliquen estrategias creativas para seguir prestando una atención médica óptima. Para empezar, deberíamos evaluar las principales interrupciones de la continuidad de atención, aumentar las pruebas de detección del VIH y mejorar las iniciativas de prevención a través de una implementación generalizada de los programas de PrEP.

Participe en el debate
Ahora que llevamos un año de pandemia, ¿ha podido aplicar estrategias para mitigar el impacto en sus pacientes con VIH? Si se perdió los seminarios web sobre este tema, puede ver a mis colegas debatir sobre dichas problemáticas en estos seminarios web bajo demanda.

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¿Cuál de las siguientes consecuencias de la pandemia de COVID-19 cree que tendrá un impacto a largo plazo más profundo en sus pacientes con VIH?
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